miércoles, 31 de octubre de 2007

En el principio fue la propaganda

Miami, 31 de octubre de 2007

El 5 de marzo de 2007 el semanario hispano con sede en Miami Tiempos del Mundo publicó en exclusiva una columna del cubano Vicente Echerri a propósito del IV Congreso de la Lengua Española, celebrado poco antes en Cartagena de Indias, titulada "Motivos para no celebrar". A Echerri le gusta llamar la atención con sentencias poco diplomáticas, que no faltaron en dicho artículo, donde entre otras cosas escribe lo que sigue:
(E)l español es una lengua pobre (...)

La pobreza del foco cultural en donde se produce, la situación poco menos que inerte del mundo hispanohablante —una inmensa sociedad receptora donde no se crea nada, no se inventa nada, no se produce ninguna novedad— se refleja en la condición misma del idioma. Con soberano desdén Unamuno dijo: "¡que inventen ellos!" —refiriéndose sin duda a los anglosajones y germanos— y ellos han inventado prácticamente todo, no sólo en el campo de la tecnología, en la que no podemos dar un paso sin depender de una herramienta creada y desarrollada en el ámbito de una cultura que no nos pertenece, sino también de las ciencias puras, de las ciencias naturales, de las ciencias sociales… en todas las disciplinas humanísticas.
Yo suelo comentar artículos por correo electrónico con un amigo llamado Pedro, con quien comparto temas de interés comun. Han sido nuestros intercambios los que han inspirado este blog que apenas comienza. La dinámica suele ser una donde yo planteo un tema y procuro su opinión, generalmente mas erudita que la mía. Con motivo del artículo de Echerri arriba citado, escribí a Pedro por esas fechas:
Echerri vuelve con su desprecio declarado a nuestra tradición y con la contraparte de adular a los anglos. Repito que el es declarado, (otros autores son) mas implícito(s), pero es en esencia el mismo cliché.
Dime, la supuesta falta de creatividad, tema recurrente (en otros autores), ¿no es en realidad debida a un problema institucional que data de la Independencia? ¿No estaba España en la víspera de Napoleon encaminada al llamado desarrollo, aunque no fuese la primera en todo? En cambio la creatividad nórdica, ¿no es resultado de un estímulo económico externo canalizado a traves de estructuras forjadas durante ese período y desde algo antes, a sangre y fuego y en detrimento de la evolución autónoma de otras sociedades?
Pedro contestó:
Echerri parece uno de esos puertorros producidos por el ELA de Luis Muñoz Marín y Teodoro Moscoso (en un aparte, PR podrá no ser un paraíso pero la razón no es que sea una "isla superpoblada, sin recursos naturales y manchada por la herencia española" como esos dos le enseñaron a varias generaciones).

No te desveles, tu explicación al párrafo (de Echerri arriba citado) es bastante exacta.
Pedro y yo nos conocemos desde Puerto Rico, donde cada cual crecio. En mi caso mi padre y toda su familia son de Cuba, de la cual no ha pasado un día sin que me hable, asi que me considero tan cubano como puertorriqueño. Tanto en el ELA ("Estado Libre Asociado", nombre oficial del regimen estadounidense en Puerto Rico) de finales del siglo XX como entre el exilio cubano se impone al individuo esa idea de la superioridad cultural estadounidense respecto a la herencia española.

La ultima oración de Pedro, "(n)o te desveles, tu explicación (...) es bastante exacta", fue una posdata con la cual doy por zanjados años de busqueda tras una explicación satisfactoria para la postración hispanoamericana y, mas ampliamente, para la existencia de un mundo "subdesarrollado".

Antes de abundar en la explicación, debo decir que la misma no es tan evidente como parece, en el caso hispano debido a una campaña masiva de desinformación que fue iniciada hace siglos por los rivales de España, cobro vida propia como los memes y es perpetuada por los propios hispanos de ambos lados del océano, dándose estos cuenta o no de lo que hacen.

A continuación Alejandro Peña Esclusa, un político venezolano muy de derecha y pertinaz opositor del Presidente Hugo Chavez, lo explica mejor que yo en un fragmento de su artículo "Efectos nocivos de la Leyenda Negra", publicado este anyo:
Los pueblos iberoamericanos no han salido del subdesarrollo, ni han podido hacer mayores contribuciones a las ciencias y a las artes, debido, entre otras razones, a una tergiversación de su historia, que los lleva, innecesariamente, a subestimarse.

El historiador español Julián Juderías (1877-1918), autor del libro La Leyenda Negra, explicó algunos aspectos de este fenómeno, documentando la existencia de un mito según el cual España es considerada “ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos, dispuesta siempre a las represiones violentas, enemiga del progreso y de las innovaciones”.

El corolario americano de esta leyenda es que nuestros pueblos, por ser descendientes de los españoles, también padecen de graves limitaciones, entre ellas, la incapacidad de generar e incorporar avances científicos y tecnológicos.

Las falsedades y exageraciones contra España, refutadas ampliamente por numerosos documentos históricos, se convirtieron en una verdad incuestionable, al punto que la mayoría de los iberoamericanos las repiten, sin darse cuenta que al hacerlo se inflingen grave daño, sobre todo en su autoestima.

La capacidad creativa de una población está estrechamente vinculada a la opinión que tenga de sí misma, es decir, a su identidad histórica. Si un pueblo se siente satisfecho y orgulloso de su historia, tendrá mayores posibilidades de hacer aportes valiosos a la humanidad.

Según Juderías, los enemigos de España comenzaron a difundir la leyenda negra a mediados del siglo 16, a raíz de la Reforma protestante. Dada la identificación que entonces existía entre España y la Iglesia Católica, desprestigiar a una repercutía en la otra.
La parte que no dice el señor Peña Esclusa es que quienes llevaron acabo la Independencia de América Hispana se valieron de la Leyenda Negra para combatir a España y reemplazar su autoridad con regímenes republicanos inspirados en los modelos revolucionarios de EE.UU. y Francia, ideologicamente contrarios al regimen monárquico y católico que había creado a la América Hispana a lo largo de mas de tres siglos. Estos regímenes perduran hasta nuestros días. Por lo tanto, la condena a la tradición hispanoamericana en favor de modelos estadounidenses y europeos no solo esta ampliamente difundida en nuestra cultura desde hace dos siglos, sino que es política oficial.