Paul Romer, profesor de economía en la Universidad de Stanford, ha estado recorriendo los circuitos de conferencias libertarios y post-humanistas (ver aqui y aqui) con una propuesta de experimentación socio-política bastante novedosa. "Charter cities" es como le llama a su idea para usar el éxito de Hong Kong y Singapur como modelo para una nueva versión del concepto de la ciudad-estado.
Su propuesta consiste en fundar o refundar ciudades en el Tercer Mundo cuya relaciones con sus anfitriones y con sus habitantes estén gobernadas por "charters" (cartas o fueros) que ejemplifiquen las mejores y mas exitosas prácticas de gobierno. De ese modo se atraerian capitales, recursos humanos diestros y capacidades administrativas a regiones carentes de casi todo eso. Pero el objetivo a gran escala de la propuesta no es solo revitalizar países venidos a menos. La verdadera meta de Romer es abrir espacios en donde la experimentación socio-política sea posible y donde la creciente parálisis del sistema liberal, social-demócrata, que impera en el orbe no la menoscabe o la impida. Su meta no es acabar de golpe y porrazo con la nación-estado y sus decrépitas instituciones, es permitir que surjan alternativas hacia donde el individuo pueda escapar y donde se puedan ensayar nuevas soluciones a los problemas que aquejan a la humanidad. Algo así como las ciudades en la Edad Media europea sirvieron de refugio contra la iniquidad feudal y como motores del cambio.
Romer usa como ejemplo una hipotética ciudad "charter" en Guantánamo, Cuba. El gobierno estadounidense proveéria el territorio y negociaría la carta o fuero con los fundadores de la ciudad. Romer propone usar instituciones canadienses, como la Real Policía Montada, para administrar la ciudad. En cuanto a la vida en esta, es de esperar que su funcionamiento y cultura se parezcan bastante a las de Singapur. Una combinación de disciplina y órden en la esfera pública, innovación económica y tecnológica y, en lo cultural, cierta fusión de los individuos que inmigren para poblarla.
Las nociones de Romer adolecen de cierto tufillo neo- o retro-colonial pero, dado la penosa historia de la descolonización, esa es francamente una objeción menor. Mas pertinente es la posibilidad de que sea precisamente China la que aprovecha ideas como esta para justificar y legitimar sus creciente presencia en África y en otros lugares del Tercer Mundo. Despues de todo, Hong Kong y Singapur son esencialmente ciudades chinas y Beijing ya ha probado con éxito una variación de la idea con sus zonas económicas especiales que tanto han hecho para activar el desarrollo del gigante asiático. Que use su creciente poder económico para extraer concesiones de sus, para dar un ejemplo, "socios" africanos para fundar colonias que superficialmente parezcan "charter cities" no es descabellado.
Pero la propuesta de Romer no tiene que ser una oportunidad para el neo-colonialismo occidental o para la voracidad china. Puede ser una herramienta para que el propio Sur administre e incentive su desarrollo. Por ejemplo, el experimento bolivariano de Hugo Chávez podría manifestarse en la fundación de ciudades "charter" en el territorio del ALBA que ejemplifiquen las mejores y mas cuerdas ambiciones e ideales del movimiento y las combinen con una sana administración. También podrían servir para poblar y explotar nuevas área geográficas que los cambios climáticos paradójicamente están haciendo habitables. Groenlandia, por ejemplo, podría albergar una ciudad "charter" que explote los recursos del Ártico y que atraiga a una población de Inuits, Sami y de otros pueblos nativos árticos. Eso sin hablar de la posibilidad, mucho mas especulativa y (quizás fantasiosa en estos momentos), de usar el modelo para establecer verdaderas colonias en el resto del Sistema Solar.
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