Cualquier observador medianamente cuerdo se puede dar cuenta que el estilo y tren de vida de los estadounidenses es fundamentalmente dañino. Una verdadera tomadura de pelo que promete riquezas materiales sin fin (la mayoría de ellas bastante "kitsch", como las McMansions de épocas recientes) a cambio de trabajar como bestias en empleos de dudosa utilidad económica y social.
Ahora, para aquellos que necesitan confirmación clínica para sus observaciones sociológicas, Peter Whybrow (un neurólogo de la Universidad de California, Los Angeles) afirma lo obvio en este artículo en la revista Wired.
Especialmente interesante es el último párrafo de la entrada del blog que me llevó al artículo en Wired (traducción mia):
"La economía conductista parece reflejar el hecho que los economistas están aceptando la idea intuitivamente obvia que los seres humanos no seres super-inteligentes, quasi-psicópatas y totalmente absortos en si misnos como el homo economicus."
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