La Copa Mundial que recien terminó generó un inusitado interés en Puerto Rico. Lo que es notable porque el futbol tradicionalmente no ha sido un deporte de mucha raigambre en el país. Las tres B (beisbol, baloncesto y boxeo) han sido los deportes que en el pasado han tenido una mayor acogida entre los puertorriqueños y el futbol le resultaba de interés a una pequeña minoría. En cierto modo esto no es mas que un reflejo del usual aislamiento (o "insularimos") que ha plagado a la cultura del país por muchos años.
Pero otros cambios también se están registrando en Puerto Rico. Reportes periodísticos y la propia experiencia personal nos hacen pensar que la pequeña clase empresarial puertorriqueña ha comenzado ha transcender su insularismo y ha comenzado a mirar hacia el Caribe, y Centro y Sur América. Y es que no tiene muchas mas alternativas. El mercado local ha quedado devastado por la recesión/depresión que comenzó tecnicamente hace cuatro años pero que realmente viene gestándose desde hace décadas. El mercado usual para las exportaciónes puertorriqueñas, los EE.UU., tampoco goza de la mejor salud. El simple imperativo de sobreviviencia dicta que los empresarios puertorriqueños miren hacia otras direcciones. La mas lógica dirección es precisamente hacia la América Hispana donde los vínculos de lengua y cultura facilitan las cosas y en donde los puertorriqueños aun pueden explotar las ventajas que representa su familiaridad con la cultura comercial estadounidense.
Así que quizás ese nuevo interés en el futbol, el deporte que obsesiona y une (y desune) a los hispano-americano sin importar sus diferencias de clase y ciudadanía, no es mas que un reflejo de esa necesidad de mirar "hacia el Sur". Al hacerlo el puertorriqueño seguramente comenzará a descubrir que, contrario a lo que sus clases políticas le han querido hacer ver, allí no le esperan solamente "repúblicas bananeras" y narcos sino gente mucho mas compatible con su propia forma de ser y de ver la vida.
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