Hace un par de semanas la
agencia de noticias Reuters publicó
un corto artículo en su columna MuniLand,
dedicada al mercado de bonos munipales (o sea, los que emiten los
estados y ciudades) en los EE.UU., titulado Puerto
Rico is America's Greece. La autora Cate Long, como es de
esperar por el tipo de publicación para la cual trabaja, no quería
hacer énfasis en el parecido que puedan tener las bellas playas y
otras atracciones turísticas de ambos países. Tampoco quería
comentar un tema tan esotérico como la manera en que a Puerto Rico
se le puede considerar un vástago caribeño y sui generis de la
civilización occidental que engendaron los antepasados de los
griegos contemparaneos. No, no. La autora solo quería advertir a sus
lectores del posible peligro que corren al invertir en los bonos del
gobierno de Puerto Rico señalándole un hecho inescapable: tanto
Grecia como Puerto Rico son jurisdicciones quebradas.
En efecto, los dos países
han estado viviendo mas allá de sus medios durante décades. Para
Grecia el momento del "no va mas", "the day of
reckoning", mas o menos le llegó ya y por casi dos años hemos
estado asistiendo al drama de como los griegos se enfrentan a la
coyuntura. Puerto Rico también se las ha visto negras en tiempos
recientes pero, beneficiario de importantes transferencias de dineros
provenientes del gobierno federal de los EE.UU., ha podido mantener
una fachada de normalidad que oculta la gravedad de sus situación.
Como y cuando esta situación hará crisis es algo que está por
verse. Lo que es seguro es que, a menos que tanto el gobierno local
como el federal cooperen, el espectáculo que nos tocará
experimentar no será muy agradable. Sin olvidar la urgente necesidad
de revisar y modificar la actual relación jurídica y política ("la
colonia") entre la Isla y Washington que sin duda es la causa
fundamental del descalabro económico y social de aquella.
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