lunes, 24 de diciembre de 2007

Tercer archipiélago

En este blog hablamos sobre Hispano América. Sobre como es, sobre como nos gustaría que fuera en el futuro y hasta sobre como tememos que terminará si continúa sus derroteros actuales. Y es que el hilo conductor del blog es sin duda alguno nuestra profunda insatisfacción con la realidad actual del continente y sus habitantes. La insatisfacción es tal que a veces yo en mi carácter personal me entrego a divagaciones y especulaciones sobre la naturaleza de una Hispano América mas lisonjera, quizás (en los momentos menos racionales) hasta ideal. Termino mas o menos convencido que la actual configuración geográfica y hasta demográfica de esta entelequia que es la América Hispana raya en lo insostenible. Lo único que nos une es la extraordinaria lengua española y cierta pesadumbre colectiva creada por el saber que somos un boceto de civilización cas itotalmente inconsecuente en la arena geopolítica. Estos lazos, tanto el positivo del idioma y la cultura y el negativo del resentimiento, parecen ser insuficientes para sacarnos del marasmo de los últimos dos siglos.

Es ante este panorama tan deprimente que a menudo me pregunto: ¿ Y si Hispano América fuera mas compacta, menos abigarrada ? Pregunta totalmente retórica, por supuesto. Y no tengo intenciones algunas de lanzarme al tipo de especulación histórica y socio-cultural con el cual podría empezar a intentar trazar el desarrollo de esa Hispano América "user-friendly". Semejante encomienda estaría mejor en una novela de historia alternativa que en un blog de comentarios de actualidad. Pero no puedo dejar de pensar, si no en el proceso de evolución paralela, al menos en el resultado final de ese putativo proceso.

Ese resultado final me llevo a platearme una Hispano América esencialmente reducida a las Antillas (todo el collar de islas, desde Cuba hasta Trinidady Tobago) y flanqueada quizás por la península de Florida y la repisa de las Guyanas/Venezuela. Tal vez hasta parte de la actual Colombia. En otras palabras, un tercer archipiélago español, luego de las Baleares y las Canarias. Sin el destructivo efecto de la economía de plantación, tan destructiva para el alma de explotadores y explotados por igual. Sin la constante tragedia que es ser un campo de batalla para potencias extranjeras. Sé que es una fantasía y ni siquiera he comenzado a delinear el posible desarrollo histórico que habría permitido estabilizar y potenciar ese tercer archipiélago; pero no puedo evitar pensar que tal entidad geopolítica sería hoy mas manejable, mas justa, que lo que tenemos hoy en día al sur del Río Grande.

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