lunes, 2 de junio de 2008

Primarias presidenciales en PR

Ayer domingo fueron las primarias demócratas en Puerto Rico. Tremendo ridículo. Un verdadero sainete colonial que sin duda ha puesto en entredicho a sus protagonistas, tanto a los candidatos (Hillary y Obama) como a sus representantes locales.

Para empezar. No mas del 16% o 17% de los electores hábiles votaron. Eso en un país que se goza los procesos eleccionarios como otros pueblos se gozan el futbol. Solo tengan en mente que en las elecciones generales locales usualmente vota mas del 60% o 65% de los electores hábiles. El poder de convocatoria de los protagonistas políticos (tanto los locales como los visitantes) quedó desenmascarado. Podría añadirse que todo esto es una muestra del creciente colapso de las tradicionales estrcuturas políticas puertorriqueñas.

Completamos el cuadro con el hecho de que los pocos que votaron lo hicieron abrumadoramente a favor de Hillary, una candidata ya derrotada y sin posibilidades de asegurar la nominación para las elecciones presidenciales del próximo noviembre. ¿ En que rayos estaban pensando ? ¿ Que capacidad intelectual y cognoscitiva tienen esos individuos ? ¿ En que mundo viven ? Es algo que realmente causa verguenza ajena.

Los candidatos dejaron mucho que desear. Como Obama parece haber aceptado que el voto hispano simplemente no le es afín hizo en Puerto Rico una campaña deslucida y anémica. Hillary y su gente hicieron todo lo contrario, una campaña muy energética que recorrió casi toda la Isla y visitó también la famosa y controversial isla de Vieques. Sin embargo la campaña tuvo sus excesos de demagogía como cuando Hilary prometió el voto presidencial a los puertorriqueños, una imposibilidad sin que primero se realice una improbable enmienda a la Constitución de los EE.UU. Sin olvidar el tema obsesivo de Hillary (y de muchos puertorriqueños): la reforma de salud. Ya una vez, en los años noventa, las promesas de los Clinton sobre este tema engatusaron a mas de un político puertorriqueño (ie. el Gobernador de aquel entonces, Pedro Roselló) y contribuyeron a que se desmantelara todo el sistema de salud (público y privado) del País. En aquel entonces sus promesas no se pudieron cumplir como tampoco se podrán cumplir ahora. Pero esos puertorriqueños que votaron por ella no parecen tomar cuenta esa realidad.

Finalmente, hay que comentar la actuación de los medios de comunicación estadounidenses. Totalmente perdidos, desconocían los mas rudimentarios detalles de la realidad política puertorriqueña. Como, por ejemplo, que las ciudades de San Juan y Bayamón son baluartes del opositor Partido Nuevo Progresista (que favorece la anexión del País a los EE.UU.) y no, como mencionó CNN, del oficialista partido Popular Democrático (férreo defensor del status quo colonial). Pero esto no es noticia. Harto conocida es la ignorancia de los gringos y de sus instituciones cuando de lo que sucede en el extranjero se trata. Su desempeño en esta reciente coyuntura no deja lugar a dudas de que así, como un lugar extranjero, es que ven a Puerto Rico.

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