El próximo 7 de septiembre (Día de la Independencia de Brasil) el presidente brasileño Lula de Silva presentará la nueva política de defensa del gigante sudamericano. El anuncio deberá realizarse a bordo del portaaviones Sao Paulo que recientemente ha salido de un largo período de inactividad y reparaciones luego de un accidente fatal en su sala de maquinas.
Todo parece indicar que la médula de este nuevo Plano Estratégico de Defesa Nacional lo será el submarino nuclear que Brasil ha estado diseñado de manera intermitente durante los últimos veinte años. Finalmente, y con la motivación dado por el descubrimiento de importantes reservas de petroleo en aguas bajo la jurisdicción brasileña, Planalto parece haber tomado la firme decisión de llevar a buen término el proyecto y dotar a la Marinha Brasileira de un submarino nuclear para el año 2020.
El submarino nuclear, sin embargo, deberá ser solamente una pieza en un abarcador proyecto de modernización que también incluye al Exército y a la Força Aérea. Y es que las tres fuerzas armadas brasileñas (como las de toda Sur América) han sufrido en las últimas tres décadas de una tremenda carestía de medios y presupuestos por la negligencia y el desprecio de los gobiernos de la región.
El otro elemento notable del Plano es la alianza estratégica con Francia que anunciará y que deberá sellarse el 23 de diciembre de este año cuando el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, visite a Brasil. De hecho, parte de la tecnología para el submarino nuclear (no el reactor, que es de diseño brasileño) seguramente será provista por Francia. Asimismo, Brasil construirá al menos tres submarinos convencionales Scorpene de diseño francés y es muy probable que el Dassault Rafale será el próximo avión de caza brasileño. Que otros elementos tendrá el nuevo plan lo sabremos en pocos días.
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