jueves, 1 de mayo de 2008

Puerto Rico, 1797

En abril y mayo de 1797 fuerzas navales británicas intentaron invadir (ver también este artículo en Wikipedia) la isla de Puerto Rico y comenzaron atacando a la ciudad capita, San Juan. Sufrieron una derrota aplastante a manos de puertorriqueños y españoles que los obligaron a retirarse luego de poco mas de dos semanas asedio y muchas bajas. Fue una indiscutible victoria para las armas hispanas en esa larga y épica rivalidad anglo-española.

Cualquier otro país recordaría la ocasión como una de sus fiestas patrias mas importantes. Quizás incluso como una de las primeras manifestaciónes en espacio y tiempo del despertar del sentimiento nacional. Excepto en Puerto Rico, en donde (salvo los meritorios esfuerzos de grupos privados como este), la fecha pasa casi totalmente desapercibida. Peor aun, la versión oficial de la historia, cuando se le menciona, obvia totalmente el carácter militar de la resistencia puertorriqueña y española y se centra exclusivamente en la "rogativa" que el obispo y las mujeres de de San Juan realizaron para pedir el auxilio divino. Los puertorriqueños quedan asi reducidos a tener que refugiarse bajo las faldas de curas y mujeres para implorar la intervención de alguna deux ex machina que los salve a último minuto. Asi es que funciona la mente del colonizado, una especie aun tristemente abundante en los litorales caribeños.

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