Hoy dos de mayo se conmemora el doscientos aniversario del comienzo de la Guerra de Independencia española, el holocausto que dió al traste con España como potencia secundaria en el mundo y que sentó las bases para el colapso de su imperio en las Américas. Tomando en cuenta lo mal que nos han ido las cosas a los que hablamos español en estos dos últimos siglos la fecha debería ser un momento de seria reflexión. Ago así como lo que el novelista Arturo Pérez Reverte hace en este comentario que les recomiendo y que matiza en cierto modo la cita que Juan Aurelio incluyó en su mas reciente entrada.
Hemos permitido que nuestras tierras sean campos de batalla de otros, que nuestros hijos sean convertidos a las mas descabelladas ideologías (de izquierda y de derecha por igual, la locura no admite orientaciones) y que nuestros recursos naturales y humanos alimenten los mismísimos procesos que nos atropellan. Somos una veintena de republiquetas (y una monarquía carcomida por el virus del relativismo moral) que contamos para poco mas que nada. Payasos para entretener, jineteras para saciar, esclavos para enriquecer. Ese es el resultado de dos siglos de desunión y de falta de amor propio. Dos siglos en los que nos hemos dedicado a seguir los sueños y acatar las elocubraciones de otros. Asi las cosas, es un milagro que no nos haya ido peor.
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