Uno de los rasgos mas interesantes de las fuerzas armadas latino-americanas es que su excesivo e indebido protagonismo político ha ido de la mano de cierta incompetencia profesional y decrepitud material (aunque siempre han existido excepciones). En los últimos veinte años, con el fin de las dictaduras militares y la llegada al poder de regimenes mas o menos democráticos (aunque oligárquicos sería una mejor descripción) este característica se ha acentuado bastante. La mejor explicación seguramente es (aparte de las crónicos problemas económicos que afectan a la región) un simple deseo revanchista por parte de las restauradas élites civiles. Las explicaciones podrán estar abiertas a debate, por supuesto, pero los resultados son obvios. Fuerzas armadas atrasadas una o dos generaciones cuando se les compara con aquellas de paises mas avanzados; abigarradas colecciones de equipo y armas; regimenes de conscripción socialmente injustos y desiguales o planes de profesionalización improvisados son alguna de las lacras observadas en gran parte de la región.
Brasil no se ha escapado a esta tendencia pero parecer ser que el gobierno de Lula da Silva ha decidido hacer algo al respecto. Seguramente espoleado por el modesto pero concreto repotenciamiento de la fuerzas armadas venezolanas que ha iniciado el régimen de Hugo Chávez, el gobierno brasileño ha aprobado la Lei No. 11.631 de 27 de diciembre de 2007 mediante la cual se ha de crear un Sistema Nacional de Mobilização (o SINAMOB, ver los detalles aqui). Es curioso que, en una época en la cual lo que está de moda son las "pequeñas" guerras discrecionales libradas con fuerzas mas o menos profesionales, el gobierno brasileño esté interesado en crear los mecanismos que le permitan realizar una mobilización mucho mas amplia. Claro, ese mecanismo viene a subsanar ciertas deficiencias en la planificación estratégica brasileña. Pero no por eso deja de sugerir cosas interesantísimas sobre lo que preocupa al gobierno en Brasilia, a sus planificadores militares y a sus servicios de inteligencia.
El SINAMOB se une a los programas de re-equipamiento militar anunciados por el gobierno de Lula el pasado año.
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