En el apogeo del colonialismo europeo las potenciales imperiales solían formar cuerpos de tropas nativas para "representar" sus intereses en las colonias. El ejército del Raj británico en la India (antecesor directo de los actuales ejércitos indio y pakistaní), los tiralleurs y spahis del Ejército francés y los askaris que servían a alemanes e italianos son algunos ejemplos de este tradición.
España no se quedó atras y a comienzos del siglo XX comenzó a reclutar marroquíes en su ejército. Estas tropas, llamadas Regulares (en contraposición a las fuerzas irregulares reclutadas temporeramente, y con menos método, hasta entonces), formaron junto a la Legión extranjera española la primera línea de defensa de la ocupación hispana de Marruecos. También tuvieron una destacada aunque controversial actuación en la Guerra Civil. Aun hoy en día subsisten en el Ejército español dos grupos (equivalentes a batallones) de Regulares que, aunque mantienen las tradiciones y uniformes del cuerpo, están formados por tropas españolas y no por reclutas marroquíes.
Pero ahora, en lo que resulta un giro muy interesante, España parece que volverá al negocio de reclutar y entrenar tropas nativas musulmanas. Tal y como se reseña aqui y aqui, el gobierno español tienes planes de reclutar, entrenar y equipar un batallón de tropas afganas para que eventualmente reemplace a las fuerzas espanolas desplegadas en Baghdis, una de las provincias de ese atribulado país de Asia central. Por supuesto, no estamos hablando de reclutar tropas nativas en el Ejército español pero los paralelos son inescables. Un gobierno de Madrid medio atascado en una aventura post-colonial en tierras musulmanas se ve en la obligación de crear un cuerpo de tropas nativas para adelantar sus intereses. En este caso sus intereses consisten, no en mantener una permanente presencia colonial española en las tierras en cuestión, sino en sacar adelante la provincia bajo su responsabilidad y prepararla para un eventual (pero lejanísimo) regreso a la "normalidad". Pero por supuesto, el verdadero, y legítimo, interés de Madrid en ambos casos es minimizar la presencia (y las bajas) de tropas españolas en tierras en donde su premanencia no es del todo bienvenida.
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