El economista Joseph Stiglitz, quien recibió el Premio Nobel de Economía en 2001, presenta en este artículo en la revista Vanity Fair su explicación para el desastre financiero y económico en que nos encontramos.
A la luz de comentarios como estos y muchos otros que hemos podido leer y escuchar en los últimos meses la gran pregunta que debemos hacernos es como el mundo terminó cayendo en manos de ineptos de tal calaña. Porque maldad y alevosía las hubo (solo recuerden a Bernie Madoff) pero ineptitud y estupidez parecen haber sido los principales factores tras la catástrofe. Pero que nadie se llame a engaño, ejecutivos, reguladores y sus cómplices en los claustros universitarios fueron sin duda alguna los reyes de la incompetencia pero no la monopolizaron. La realidad es que el consumidor "promedio" también cayó en la trampa y aceptó sin chistar el mundo de ilimitadas posibilidades que los hechiceros de la finanzas y sus habilitadores políticos y académicos le vendieron. Descartaron la cautela y contribuyeron con su miopía a que ahora todos tengamos que vivir con las consecuencias de la juerga.
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