lunes, 26 de enero de 2009

El Che de Benicio

Acabo de ver la primera parte de la película Che (también conocida como Che Part 1: The Argentine). Dios mio, que película mas tediosa. Ni siquiera la presencia de la lindísma Catalina Sandino Moreno (que aqui, sin embargo, parece un mancebito) o de la veterana Julia Ormond logra acelerar el glacial paso del filme. Como un suero de brea, se diría en Puerto Rico.

El actor puertorriqueño logra transformarse en un convincente Che, eso es innegable, y su respeto hacia el controversial héroe/anti-héroe es evidente a todo lo largo de la película. Pero su tour de force no es suficiente para paliar las carencias narrativas del filme, su pouporrí de escenas a duras penas hilvanadas, los saltos cronológicos entre la vitalidad y policromía de la manigua y la monocromía de Nueva York. Es mucho talento (y no solo el de Benicio) usado para crear una experiencia fílmica que finalmente resulta ser dispareja y desigual.

Sé que The Argentine es meramente la porción inicial de lo que en realidad es una sola película de cuatro horas de duración y que el valor de la obra radica precisamente en su totalidad pero no deja de preocupar que a esta primera parte se le haga tan difícil atraer y fijar la atención del espectador. Sé también que la película es un intento de deconstruir el género del filme biográfico (o biopic, en la jerga hollywoodense) pero servir como uno de los sujetos experimentales del director Steven Soderbergh no es algo que quisiera repetir pronto. Aunque, para ser justo, se podría decir que Soderbergh es un especialista en películas que retan la paciencia del espectador. La sobre-estimada Traffic es insoportable, por ejemplo. El melancólico remake de Solaris, sin embargo, es impresionante y emotivo. Quizás la segunda parte de Che se parezca mas a Solaris que a Traffic. Ojalá.

Por otra parte hay que felicitar a Soderbergh, a los productores (Laura Bickford y Benicio) y los socios capitalistas por la decisión de filmar la mayor parte de Che en español. También por tratar de inyectarle veracidad en lo que a acentos, manerismos y gestos localistas respecta. No siempre lo logran a cabalidad pero, por ejemplo, quien haya conocido a un cubano no podrá dejar de esbozar una sonrisa al oir hablar a los guerrilleros en la Sierra Maestra.

2 comentarios:

Juan Aurelio dijo...

De verdad que para los gustos los colores, porque si mal no recuerdo a mí me gustó más "Traffic" que "Solaris".

daviz dijo...

Interesante.
Lo que yo esperaría de las dos partes, como retrato biográfico, es la parcialidad, pues mucho hay en torno al símbolo del Ché y se debería mostrar sus dos caras, como dices, de héroe y anti héroe.
Al menos ha este lado del charco, el símbolo y la imaginería de Ernesto Guevara ha sido vestido por millones de jóvenes sin -yo creo- conocer el significado real de sus acciones heroicas, y sin conocer las menos heroicas.

un saludo!